por Pablo Sieira
Para inaugurar esta nueva sección que bautizamos como "Obras Cumbres" (una suerte de recomendación de discos totalmente arbitraria y casi caprichosa) elegimos algo tan argentino, clásico y fundamental como "Confesiones de invierno", de Sui Generis. Todo un canto a la libertad y un grito de guerra contra cualquier tipo de opresión, este disco fue además una crítica ácida hacia el establishment y la forma de vida que habían llevado hasta el momento los padres de una juventud que comenzaba a despertar por segunda vez.
Siendo todavía un dúo, Charly García y Nito Mestre decidieron continuar con el proyecto que habían comenzado en 1969 y que habían dado en llamar Sui Generis, palabra proveniente del latín "su género", traducido como "único en su género". Después de la aceptación que había recibido su primer disco, "Vida", por parte de la juventud que desde años atras venía levantando las banderas de un mundo más justo y libre, ambos quisieron seguir adelante y así lanzaron "Confesiones de invierno", en 1973. La nueva obra estaba cargada de riqueza instrumental acompañada de letras reaccionarias y plenas de crítica social.
Mientras gran parte de los jóvenes argentinos habían decidido meterse de lleno en la política y se preocupaban por el regreso de Perón a la Argentina como puntapié para su objetivo de transformación social, muchos otros pretendían alcanzar el mismo logro por otro frente: el de la música y la protesta por medio de las letras, siguiendo el ejemplo de artistas como Bob Dylan. Los Sui entraron en ese segundo grupo como principales representantes. Así, temas como "Bienvenidos al tren" se convirtieron rápidamente en himnos, con frases como "si nadie me acepta, ok, ya me iré, estoy esperando que venga mi tren (...) pueden venir cuantos quieran, que serán tratados bien".
La misma línea seguía el tema que dio nombre al disco, donde el binomio García-Mestre planteaban el desprendimiento de los material, la bronca contra un Dios que es "empleado en un mostrador" y que, como tal, "da para recibir". La canción también se animó al desprecio explícito hacia la autoridad y a cualquier forma de opresión que proviniera del statu quo. Así también lo expresó "Mr. Jones o pequeña semblanza de una familia tipo americana", una ironía musicalizada que se burlaba de la clásica foto familiar presentada como ejemplo para todo el mundo, inicialmente difundida por el establishment estadounidense.
"Lunes otra vez" es un tema maravilloso que cualquier trabajador debería escuchar antes de entrar a la oficina. Y es que está dedicado a ellos y su sujeción al sistema capitalista. La imagen de la gente de corbata caminando autista por la Ciudad de Buenos Aires hacia sus lugares de trabajo era rechazada de lleno por Sui Generis. "La gente que ves, vive en soledad (...) en las ofinicinas, muerte en sociedad, todos ciegos son sin saber mirar la espantosa risa de la pálida ciudad", son algunos de los tramos destacados de la letra que, además, era una invitación a abandonar los edificios y salir a cambiar un país doliente.
En una época en que usar el pelo largo era símbolo de rebelión, Sui Generis cantó en "Aprendizaje": "aprendí a ser formal y cortés, cortándome el pelo una vez por mes". También destacaron las expresión cultural como única forma de vencer todas las barreras y cuestionaron el ensimismamiento y la alienación que implicaría el avance tecnológico, en "Cuando ya me empiece a quedar solo", una canción de melodía dramática y una excelente labor vocal por parte del dueto.
Los Sui Generis se animaron a pintar cuadros de fantasía con mensajes libertarios, como "Un hada, un cisne", o con un fuerte contenido político, tal el caso de "Tribulaciones, lamentos y ocaso de un tonto rey imeginario, o no", otro ejemplo de dramatismo y tensión musical excelentemente logrado. Y no puede dejar de ser mencionada la esa suerte de orquesta hippie que llamaron "Rasguña las piedras", una de las obras más importantes del cancionero nacional que algunos asociacian a la penosa muerte de una novia de Charly.
Esta nueva sección iba a ser inaugurada con un disco muy alejado de éste: "Chocolate starfish and the hot dog flavored water", de Limp Bizkit. ¿Por qué el cambio?, precisamente, porque éste último esta muy alejado de "Confesiones de invierno", escencial para cualquier persona que quiera comprender una parte de la historia argentina desde otro ángulo. Por otra parte, hubiera sido patéticamente predecible que el nuevo espacio de DesEnchufados tuviera su bautismo de fuego con algo como "Sargent Pepper..." de los Beatles o "The dark side of the moon", de Pink Floyd. Ya habrá tiempo para esos.
Foto 2: frecuenciax.files.wordpress.com
Foto 2: frecuenciax.files.wordpress.com
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