viernes, 12 de noviembre de 2010

El inoxidable McCartney y otro concierto para la historia

por Santiago Pérez Chiconi
El legendario ex Beatle Paul McCartney desplegó toda su magia en su regreso a la Argentina, tras 17 años de ausencia, al brindar en la noche del miércoles un impecable y emotivo recital en el estadio de River Plate, basado en abundante material tanto de la célebre banda que compartió con John Lennon como de su ex grupo Wings.Como parte de la gira mundial "Up and coming-Tour", Sir Paul cumplió el sueño de miles de argentinos que querían volver a verlo en directo y de otros tantos de miles que nunca habían tenido la posibilidad de vivir en carne propia un concierto del genio de Liverpool.

Los asientos del Estadio Monumental de Nuñez (aún rige la prohibición  para habilitar el campo de a pie) se completaron con un público familiar, la mayoría de alto poder adquisitivo, más propio de una obra de teatro de la Avenida Corrientes que de un concierto de rock. La imagen recortada de la audiencia era repetida: padres acompañados por sus hijos, a quienes les transmitieron la pasión Beatle. Mientras se llenaban los lugares, Andrés Ciro, ex cantante de Los Piojos, matizó la espera con un breve show acústico. En la fila 25 el fan Beatle número uno del país, Juan Alberto Badía, no paraba de sacarse fotos con la gente, mientras que unos metros adelante el periodista “Bebe” Contepomi también intercambiaba saludos con los más cholulos. Cuando restaban sólo unos minutos para el comienzo, Charly García hizo su ingreso al sector VIP más cercano al escenario y el público estalló en una ovación.
El reloj marcaba las 21.00 cuando un puntualísimo McCartney subió al escenario con su histórico bajo Hofner tipo violín en mano y vestido con un traje sin solapas negro y pantalón al tono, desatando el delirio de los casi 50 mil fans argentinos que lo aguardaban desde su última visita, en diciembre de 1993. El show arrancó con la canción "Venus and Mars" combinada con "Rock Show" y continuó con la enérgica "Jet", tres temas de Wings, la banda que el músico lideró en la década del 70 junto a su fallecida esposa, Linda McCartney. "Hola Buenos Aires, hola porteños. Esta noche voy a tratar de hablar en español, pero seguramente voy a hablar más en inglés", saludó Paul en castellano, al dirigirse al público por primera vez.
Luego, McCartney y su banda produjeron el segundo shock de la noche, cuando arremetieron con la primera canción beatle, "All My Loving", que estuvo acompañada de proyecciones de imágenes de unos jóvenes Fab Four en plena beatlemanía. Sir Paul se mostró de gran humor ante la audiencia, haciendo bromas y saludando luego de cada canción con los brazos abiertos y sus característicos gestos, tratando de retribuir algo del infinito cariño que recibía de los fan. Además comunicaba siempre en español, a veces apoyándose en un ayuda memoria escrito para la ocasión.
El primer tramo del concierto puso de manifiesto un claro cambio respecto a las demás giras que venía encarando el ex Beatle: un notable aumento de canciones de su etapa en Wings. Así pasaron "Letting Go", "Let Me Roll It", "Nineteen Hundred & Eighty Five", "Let Em In" y "My Love", esta última dedicada a su ex mujer Linda "y a todos los enamorados que están aquí", añadió el músico. De los Beatles sonaron “Got To Get You Into My Life” y luego la tremenda balada “The Long and Winding Road” con Paul sentado al piano por primera vez en el show. También hubo lugar para “Highway”, del proyecto que retomó hace unos años bajo el seudónimo The Fireman. Posteriormente, McCartney -ya en camisa y tiradores- se colgó una guitarra acústica y dio lugar a una versión casi country de la beatle "I’m Looking Trough You", seguida por otras dos glorias de la década de 1960: "Two of Us" y luego "Blackbird", con Paul en solitario sobre el escenario. El hombre de la noche supo demostrar que a sus 68 años y pese al trajín de las giras, mantiene en gran forma su voz y se conduce con comodidad al frente de una banda sólida y superprofesional que lo acompaña desde hace diez años. La misma está integrada por los eficientes Rusty Anderson (guitarra, coros), Brian Ray (guitarra, bajo, coros), Paul "Wix" Wickens (teclados, guitarra, armónica, coros) y Abe Laboriel, Jr. (batería, coros).
Promediando el show se produjeron los momentos más emotivos de la noche, cuando homenajeó a sus dos ex compañeros fallecidos de los Beatles. En ese marco, interpretó "Something" -la histórica canción compuesta por George Harrison- utilizando un ukelele, instrumento que fascinaba al desaparecido guitarrista. Luego recordó a Lennon, cuando enganchó "A Day in the Life", con el himno pacifista de su ex socio, "Give Peace a Chance". En ese momento, las cámaras ubicaron a Charly García entonando el estribillo y lo colocaron en las pantallas, como si estuviera haciéndole los coros a su ídolo. Con una mandolina, Paul cantó "Dance Tonight", una de las pocas canciones no correspondientes a sus etapas en los Beatles y Wings, y gracias a su ritmo contagioso el público siguió todo el tema haciendo palmas, mientras que el baterista -el más carismático de los músicos- ensayaba graciosos pasos de baile parado sobre su banqueta. Acto seguido llegó quizás la mejor canción que McCartney compuso fuera de los Beatles, “Band On The Run”, del álbum homónimo de Wings, con la que hizo derramar lágrimas a un pibe que filmaba el tema con su camarita de fotos, activándole seguramente algún recuerdo asociado a esa melodía.
"Ob-La-Di, Ob-La-Da", "Back in The USSR" y "I ve Got a Feeling", no dejaron a nadie reposando en sus asientos y en "Paperback Writer" Paul utilizó la misma guitarra con la que grabó la canción, en 1966, según anunció. De vuelta sentado al piano, McCartney dio lugar a la inoxidable"Let it Be", para pasar luego a "Live and Let Die", donde por única vez en el show se produjeron explosiones y un gran despliegue de pirotecnia. La clásica "Hey Jude" desató un multitudinario coro, con el propio Paul alejándose del piano para hacer cantar a todos y marcar el final del show. Los bises estuvieron copados por más canciones de los Fab Four: "Day Tripper", "Lady Madonna", "Get Back", "Yesterday" y "HelterSkelter", está última en una versión hiperrockera, casi furiosa. Llegó el turno de "Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band(Reprise)" que se fusionó con "The End" del disco "Abbey Road", poniendo punto final a dos horas cuarenta minutos de un concierto inolvidable.

Foto 1: larazon.com
Foto 2: clarin.com

2 comentarios:

  1. Gracias Paul! Muy buen show, demuestra que está intacto, un recuerdo que quedará en la memoria de todos.

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  2. Tal cual Pablo, yo lo vi con un resto suficiente como para que recién dentro de un par de años haga la gira de despedida. Y ojalá vuelva a Argentina, por supuesto...

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