lunes, 9 de agosto de 2010

Arcade Fire planetario

por Santiago Pérez Chiconi
Con un impactante y emotivo show en el Madison Square Garden de Nueva York, Arcade Fire no hizo más que confirmar que son una de las bandas de rock más importantes de los últimos 15 años. Con dos baterías armadas sobre el escenario y nueve integrantes multiinstrumentistas que se intercambian guitarras, bajo, piano, sintetizador, violines, viola, acordeón, xilofón y otros tantos más, el grupo dio un notable espectáculo en la Gran Manzana, que se transmitió a todo el mundo vía You Tube. Se trató de uno de los primeros shows del tour mundial de presentación de su flamante disco “The Suburbs”. La banda canadiense liderada por el matrimonio de Win Butler y Régine Chassagne, tiene entre sus más fervientes seguidores a David Bowie, U2, Coldplay, Dave Grohl, Bruce Springsten, Franz Ferdinand, el Indio Solari y Andrés Calamaro. Este hecho debería hablar por sí solo.

El segundo show de los tres programados en el Garden -que sumados representan 75 mil personas, una verdadera hazaña para un grupo independiente que casi no aparece en las radios- fue transmitido este jueves 5 de agosto para todo el mundo en vivo y en directo por el portal de videos más importante de la web. Desde allí dieron una muestra a todo el planeta de que son la banda que puede realizar el más contundente espectáculo de rock.
A las 22.15 (23.15 en Argentina) la banda subió al escenario y, guitarra en mano, Butler arrancó con la reciente “Ready to Start”. Siguió la espectacular “Laika” su álbum debut, “Funeral” (2004). Esa mismo disco que Bowie, luego de escucharlo por primera vez, saliera corriendo a la disquería más cercana para comprar otras 10 copias y regalárselas a sus amigos, porque pensó que las personas que más quería no podían pasar por la vida sin haber escuchado semejante obra, según relató en una entrevista. Con Régine en el acordeón y una fenomenal intro de dos violes y una viola, arremetieron con “No Cars Go”, que dio paso a otra gema de su primer disco “Haití”, la canción que Régine compuso en honor a su país de origen y en que canta mechando el inglés y francés. Luego fue el turno de “Empty Room”, otra destacada del nuevo material (editado el dos de agosto), y siguió la saltarina “The Suburbs” donde Butler se sienta en el piano y esgrime un falsete en su estribillo.
Promediando, el show llegó la serenata de piano “Crown of Love” con Régine tras los parches haciendo una doble percusión junto al baterista Jeremy Gara, hasta la violenta ruptura que propone ese final acelerado con los violines al palo. El público disfrutó “Rococo” e “Intervention”, mientras los músicos siguieron pasándose los instrumentos, yendo y viniendo del bajo a la guitarra y del violín a los sintetizadores. En “We Used to Wait”, Butler abandonó el escenario y cantó casi todo el tema caminando entre el público, atravesando el campo y subiendo a las tribunas del histórico Garden. El indestructible enganchado de “Power Out” y “Rebellion” transformó a los neoyorquinos en argentinos, ya que no pararon de saltar en el campo durante los dos temas.
Para tocar “Power Out”, Régine se plantó en el xilofón, mientras que en “Rebellion” Butler se arrojó con su guitarra de espaldas al público, que hizo circular por sobre sus cabezas el cuerpo del cantante, como si fuera el héroe romano muerto,  y lo devolvió luego al escenario. A continuación, presentaron el flamante y casi punk “Month of May.” Y para el cierre, Butler se calzó una mandolina y Régine un hurdy gurdy (instrumento medieval del que quedan pocos en el mundo) para tocar la gran “Keep The Car Running”, que fue versionada por Foo Fighters, luego de que Grohl explicara que es su canción favorita y que la escuchaba todas las mañanas antes de arrancar el día.
El primer bis es “Tunnels”, (con perdón de “Seven Nation Army” y "Take Me Out”) la mejor canción compuesta durante la década pasada, en cuyo épico coro final toneladas de papel picado cayeron sobre 25 mil cabezas. En la bellísima “Mountains Beyond Mountains” volvió a poner su voz Régine, pero el tema debió interrumpirse brevemente por un problema con un equipo de sonido. “Esto es música en vivo”, se disculpó Butler, quien al retomarse el tema se acercó a su esposa y le encajó un beso. Para un final bien arriba dejaron su canción más famosa, “Wake Up”, y los fans se terminan de quedar afónicos con ese monumental estribillo a puro grito.
A paso firme, Arcade Fire superó la prueba de los tres Madison Square Garden y continuarán dispuestos a seguir deglutiéndose audiencias en los shows que tiene programados para cerrar varios de los principales festivales del mundo, entre ellos los de Lollapalooza, Reading y Leeds.

Foto 1: commons.wikimedia.org
Foto 2: heavensneverenough.blogspot.com

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