miércoles, 6 de octubre de 2010

"(What's The Story) Morning Glory?": el renacimiento de la segunda ola británica

por Santiago Pérez Chiconi
Esta semana se cumplen 15 años de la edición de “(What’s The Story) Morning Glory?", el disco que marcó la consagración definitiva de Oasis, la banda de los problemáticos hermanos Gallagher. Con este trabajo los de Manchester convirtieron al brit pop en el movimiento musical más relevante del mundo a mediados de los ’90 y el guitarrista Noel Gallagher se erigió como uno de los compositores de canciones más importante y prolíficos de su época. A un ritmo de escritura infernal, el mayor de los Gallagher entregó la segunda colección de canciones de su banda a sólo 13 meses del bombazo que significó el debut “Definitely Maybe”. Y fue así como dejó grabadas en el inconsciente colectivo de toda una generación obras como "Wonderwall”, “Don’t Look Back In Anger”, “Some Might Say” y “Champagne Supernova”. 

Tras el éxito de su primer disco, Oasis llegaba con la presión de revalidar sus pergaminos con un nuevo material, algo que fue superado sin problemas gracias a la solvencia compositiva de su líder. En los años 1994 y 1995 Noel escribió material para llenar cuatro discos y estuvo dotado de una chispa creativa con la que parecía incapaz de componer una sola canción mala, aunque se lo propusiera. Además de los dos discos que Oasis editó en aquellos años, la banda también publicó singles cada tres meses que se completaban generosamente con tres canciones más, producto de la incontinencia productiva del Gallagher mayor. 
“What’s The Story...”, grabado a mediados de 1995 en una campiña de Gales, comienza con “Hello”, una pieza rockera con estribillo eficaz, pero recordada como una canción “menor” del disco. Los acordes de guitarra y la batería de la intro de “Roll With It” (ya había sido publicada como adelanto en formato de single) nos suben a una melodía pop irresistible con Liam y Noel haciendo contrapunto de voces. Interpretada en vivo siempre aumentaba su efectividad. 
Luego, llega la maravilla semiacústica de “Wonderwall”, la canción más famosa de la banda, que puede ser tarareada por amas de casa o cualquiera de las personas más ajenas al rock, tanto en Inglaterra, como en Argentina o cualquier país del mundo. Fue la última canción que Noel compuso para el disco y de hecho debieron retirar a último momento otro tema estupendo, “Rockin Chair”, para hacerle un lugar. Inmediatamente, la intro-homenaje a “Imagine” de John Lennon, da lugar a la balada “Don´t Look Back In Anger”, la otra canción de Oasis que llegó a un nivel de megapopularidad.Cantada por el propio Noel, la canción es otra muestra cabal de la destreza del guitarrista como orfebre de la estructura intro-estribillo-puente. 
“Hey Now” aumenta la dosis guitarrera del disco e injustamente no figura entre los puntos más destacados en las innumerables crónicas que se escribieron sobre este álbum. Se trata de una de las pocas canciones de todo el repertorio de Oasis que jamás fue interpretada en vivo. “Some Might Say”, es otra de los temas inolvidables de los de Manchester, una verdadera gema que, publicada meses antes como primer single del disco, anticipaba todo lo bueno que Oasis se traía entre manos. Y ni que hablar de la introspectiva “Cast No Shadow”, cantada maravillosamente por Liam. “She’s Electric” y  la poderosa “Morning Glory”, con la voz de Liam por el cielo, mantienen el nivel del disco. Y el final quedó reservado para la épica y conmovedora “Champagne Supernova”, otro clásico instantáneo de Oasis. La edición en vinilo del disco traía la simpática y anecdótica “Bonehead’s Bank Holiday”, cantada por Noel, como bonus track.
Tras su publicación, los hermanos Gallagher se convirtieron en celebridades y alimentaron el morbo de los tabloides británicos con declaraciones rimbombantes y peleas públicas con Blur, George Harrison, los Rolling Stones, Phil Collins y varios más. En agosot de 1996 Oasis cerró la gira de presentación del álbum con dos conciertos en el parque de Knewborth, donde asistieron 250 mil personas, pese a que las entradas eran bastante caras. Se trataron de los recitales más masivos que se realizaron en la historia de Inglaterra y marcaron de alguna manera el inicio del final del britpop. Oasis ya no iba a poder llegar más alto porque realmente ya estaban en la cúspide y había llevado al rock independiente en términos de popularidad lo más lejos que se podía.
En retrospectiva, no deja de sorprender la tibieza con la que el álbum fue recibido por la prensa británica al momento de su publicación. Con mayor o menor énfasis los medios ingleses deslizaron que el esperado disco daba lugar a la desilusión y no pudieron vislumbrar que el álbum significaba un mazazo que iba a terminar elevando aún más la popularidad de Oasis para convertirlos estrellas mundiales.  
La última noticia que se conoció sobre Oasis como banda ya disuelta, a principios de este año, fue precisamente que “(What’s The Sotry) Morning Glory?” fue consagrado por la industria discográfica inglesa como el mejor disco de los últimos 30 años. En la ceremonia Liam recibió el premio y de inmediato arrojó el trofeo al público. Paradójicamente, quien compuso todas las canciones del disco no concurrió al acto.
Por otro lado, como suele ocurrir con los álbumes que marcan épocas, “What’s The Story...” es susceptible de ser analizado no sólo desde el plano estrictamente musical, sino además desde su incidencia a nivel sociológico y cultural. Sucedió que con este disco a la cabeza, Oasis -junto a otras bandas destacadas del brit pop como Blur y Pulp- ayudó a devolver a Gran Bretaña su condición de centro mundial del rock, luego del dominio estadounidense con los años dorados de Guns N’ Roses, Metallica y la movida grunge. De pronto, Inglaterra se ponía de pie ante la invasión cultural estadounidense y encaró un auge donde no sólo se volvía a hablar del "rock inglés", sino que “Trainspotting” se volvía la película más aclamada y Kate Moss se convertía en la supermodelo más importante del mundo. En ese nuevo despertar del orgullo británico, el laborista Tony Blair llegó a la primera magistratura con sus promesas de cambios tras años de gobiernos conservadores. Y fue a ese nuevo amanecer inglés -que quedó grabado a fuego en la mente de toda  una generación de jóvenes del Reino Unido- al que Oasis y Blur le pusieron la banda de sonido.

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