Después de tres días intensos, se fue otro Cosquín Rock. Córdoba fue nuevamente testigo de un festival variopinto e intenso en el que miles de almas se agruparon alrededor de los dos escenarios para disfrutar por undécima vez de esta celebración única en su especie. El cierre estuvo a cargo de Ciro y Los Persas y de Almafuerte. Cada cual por su lado y en perfecta sincronía ofrecieron el último bocado de este festín musical. Hasta el próximo año.
Con la gestualidad que lo caracteriza sobre el escenario, Ciro sedujo las voluntades de los piojosos con su flamante banda. El espectáculo maravilló con los temas de "Espejos" (2010) como "Paso a Paso" y "Vas a bailar", pero la explosión llegó con "Desde lejos no se ve", coreada y pogueada incansablemente. Hubo, de todas formas, un momento más calmo, una pausa reflexiva y triste para muchos fanáticos, que fue el homenaje a Tavo Kupinski. Micky Rodríguez acompañó a Ciro, quien se mostró algo distante: "Quería dedicar este tema a la memoria de un compañero de muchos años". Dos días antes, Germán Daffunchio también había rendido honore al héroe caído en el recital de Las Pelotas.
La otra parte del cierre la ocupó Almafuerte, con toda la furia y la profundidad de Ricardo Iorio, que desembolsó apasionadamente las inefables "Sé vos" y "La máquina de picar carne", entre otras perlas de sabiduría mundana. La maratón de música contó además con la densidad de V8, la fiesta de Kapanga, la vibra de No Te Va Gustar y la pueblada de Las Pastillas del Abuelo.
El sonido penetrante y a la vez cautivante permanecerá sonaando hasta el próximo año allí, suavemente en algún rincón de la memoria. Y de la hermosa Cosquín.
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