
Moore dio el paso más importante de su carrera cuando reemplazó a Eric Bell en la banda hard irlandesa Thin Lizzy, liderada por Phil Lynott, durante el último lustro de la década de 1970. Durante los años '80, cuando reinaban las melenas rubias embebidas en fijador de los rock star, Moore se sumó a la ola de metal melódico ofreciendo algunos discos solistas muy respetables, como "Victims of the future" (1983) o "After the war" (1989), donde contó con la colaboración de Ozzy Osbourne.
Pero fue en 1990 cuando resurgió como figura exponencial entre los guitarristas, al mostrar su faceta más bluesera. En este período se destacó con temas como "Still got the blues", que dio nombre al álbum que editó ese año y que acrecentó su fama internacional. Además, tuvo apariciones públicas con algunas de las eminencias del blues, como Albert King y Albert Collins, quien además participó, junto a B.B King del disco "After hours".
La constelación de los más grandes guitarristas sumó una nueva estrella el último 6 de febrero. Y los que quedan en el mundo de los mortales lloran una pérdida irreparable para el universo del rock y el blues.
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