martes, 15 de noviembre de 2011

Pearl Jam arrasó en La Plata

por Santiago Pérez Chiconi
Con su rock visceral y sin concesiones, Pearl Jam hizo delirar a más de 40 mil fanáticos en el Estadio Único de La Plata y profundizó la devoción que generan en el público argentino. La banda visitó por segunda vez la Argentina en el marco de la gira mundial que realizan en celebración de su vigésimo aniversario de trayectoria. Tras sus históricos conciertos de 2005 en el estadio de Ferro Carril Oeste, el grupo liderado por el cantante Eddie Vedder volvió a congregar a una legión de fans que se mostró entregada y que no paró de ovacionar a los músicos desde que sonó el primer acorde hasta que se despidieron del escenario, luego de casi tres horas de show y 34 canciones interpretadas.

El grupo de Seattle -el más popular surgido de la escena grunge a principios de los '90 junto a los extintos Nirvana pero que tras dos décadas de trayectoria ya trascendió largamente el género- no escatimó en emociones para los fans y entregó hits imborrables como Jeremy, Even Flow, Do The Evolution, Release y Black.
El quinteto que completan Mike McCready (guitarra líder), Stone Gossard (guitarra rítmica), Jeff Ament (bajo) y Matt Cameron (batería) -más un tecladista- subió a las 21.15 al escenario, despojado de cualquier tipo de escenografía. La hermosa y reposada Release abrió el concierto, pero de inmediato Pearl Jam lanzó la primera descarga eléctrica de la noche mediante la rockera Go, desatando el pogo de los fans del camo vip y trasero, que desde las tribunas se observaba como una masa uniforme.
La calidad de sonido en determinados sectores del estadio no fue de lo mejor, ya que la voz de Vedder sufría variaciones, quedando tapada por los instrumentos en algunos temas o saturando en otros, mientras que las guitarras podían sonar claras en determinados pasajes o, por el contrario, formaban una caótica bola de ruido. Pero nada de esto importó a la multitud de fans que forjó un vínculo
inquebrantable con el grupo, al punto de llevarlo a ingresar a ese olimpo de bandas con una relación especial con la Argentina, como sus amados Ramones o los Rolling Stones.
"El estadio es muy lindo pero ustedes son mejores", dijo Vedder en español, ayudado por un machete, en una de sus primeras palabras dirigidas a la multitud. Si bien el público estallaba en una ovación
ante cada intro y coreaba de punta a punta cada tema, recién a la décima canción llegó el primer hit, Even Flow, perteneciente a su inolvidable disco debut Ten (1991). Las gargantas de la multitud
parecían reventarse en el estribillo de este demoledor tema, lo mismo que en la incendiaria Do The Evolution, del álbum Yield (1998), donde el público y la banda parecían jugar un duelo para ver quién
alcanzaba mayor intensidad.
A esa altura del concierto la seguridad del estadio ya había logrado controlar la invasión de público del sector de las populares que, tras derribar una valla, comenzó a pasarse al campo trasero. Luego de
Wasted Reprise y Life Wasted, llegó la monumental Jeremy -donde se hace casi imposible escucharlo a Vedder tapado por casi 50 mil voces- y otra de Ten, la cruda Porch, marca el fin del show luego
de una extensa coda con las violas de McCrady y Gossard bien al frente.
La primera tanda de bises se inició con Vedder empuñando una guitarra en solitario para Just Breathe y luego llegó un momento a puro punk con Supersonic, de su más reciente trabajo Backspacer (2009), y el cover de The Ramones I Believe In Miracles. "Yo vine a la Argentina por primera vez hace 15 años para acompañar a los Ramones. Extraño mucho a Joey, Dee Dee y Jonnhy. Ellos los querían mucho a ustedes", dijo el vocalista al presentar la canción del cuarteto neoyorquino, del que se observaron una gran cantidad de remeras en el estadio.
El segundo bloque de bises tuvo más covers -Mother de Pink Floyd y People Rockin  In The Free World de Neil Young- y los clásicos Alive y Black, que desataron una extensa ovación de la gente, mientras Vedder se tomaba la cabeza y observaba maravillado al público. Sobre el final, el cantante arrojó por lo menos cuatro panderetas a los fans del campo vip y además se bajó del escenario para entregarles botellas de vino tinto de las que bebió del pico durante todo el show. Yellow Ledbetter, marcó el cierre definitivo del recital y, por último, Vedder tomó el micrófono y se despidió con un "Nos volveremos a ver pronto".
Párrafo aparte merece la gran decisión de Pearl Jam de haber traído como banda telonera a X, referentes del punk de la costa oeste estadounidense de finales de los '70. A modo de reconocimiento, Vedder invitó a la gira a ese grupo de culto que influenció como pocos a toda la corriente del rock norteamericano alternativo de fines de los '80 y principios de los'90 y de esa forma posibilitó al público argentino verlos en directo, ya que de otra manera hubiera sido casi imposible. La banda de la cantante Exene y el bajista John Doe hizo un set de 40 minutos donde no faltaron las contundentes
Johny Hit and Run Paulene, Los Angeles y Nausea. Al final se unió a la banda el propio Vedder para sumar su voz a las de Exene y Doe en Devil Doll y tras los saludos de rigor se retiraron todos
juntos.

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