viernes, 11 de noviembre de 2011

Los pájaros volados de Noel

por Santiago Pérez Chiconi
Con mayoría de canciones mid-tempo, buenas melodías, y algo de experimentación sonora, Noel Gallagher entregó su primer disco solista tras su alejamiento de Oasis, High Flying Birds. Se trata de un buen trabajo donde este referente del rock británico factura una interesante colección de temas que lleva la marca de su inobjetable calidad como compositor. Separado de su hermano Liam Gallagher -quien con sus compañeros de Oasis fundó Beady Eye-, por primera vez el mayor de los Gallagher toma el completo control de un proyecto musical y se lo nota a gusto poniéndole su voz a todos los tracks y ocupándose de la guitarra y varios instrumentos más.

En High Flying Birds no hay  temas rockeros de guitarras estridentes como en el Oasis de Definitely Maybe o Be Here Now, ni tampoco tradicionales baladas como en Morning Glory. Tras varios años de
haber sacado el máximo jugo a esas dos alternativas, acá Noel transita la vía de la canción mid tempo. Quizás el punto flojo del disco es que el mayor de los Gallagher abusa un poco de un tipo de canciones que parecen secuelas de aquella The Importante of Being Idle de uno de los últimos discos de Oasis. El primer corte del álbum The Death of You and Me, Dream On y Soldier Boys & Jesus Fraks, pertenecen a ese pelotón de tracks con estructuras y ritmos de batería muy similares que atentan contra la necesaria variedad.
No obstante, los buenos momentos prevalecen en esta placa, como el tema que la abre Everybody’s on The Run, excelentemente cantada por el artista de 44 años, sobre hermosos arreglos de cuerda. A su vez, la lennoniana If I Had a Gun es una de esas canciones que se cantan solas y seguramente se debería llevar el premio a la mejor del álbum. También logra sorprender al coquetear con la electrónica a través de la movida What a Life, otro de los picos del disco.
Cuando la seguidilla de Broken Arrow y (Stranded on) The Wrong Beach amenaza con empardar el número de canciones discretas con las destacadas, llega la tremenda Stop The Clocks que Noel había dejado fuera del último disco de Oasis. Aunque uno se queda preguntando si no hubiera sido mejor haber conservado el minimalista acompañamiento acústico del demo original frente a la producción que se decidió agregarle y que no le suma demasiado al track.
Sigue la hermosa A Simple Game of Genius, acaso el segundo mejor track del disco, que demuestra una vez más el don de este orfebre de la canción que compuso varios de los mayores himnos de los '90. La más guitarrera de la placa, The Good Rebel, marca un contundente cierre para esta primera experiencia solitaria de Noel Gallagher.
Desde la edición de este disco, varios fans de Oasis se entretuvieron con la discusión sobre si es mejor o inferior al de Beady Eye. Esa comparación no es objeto de esta nota. Pero vale señalar que con
aciertos y errores, Beady Eye y Noel Gallagher han logrado editar material que lejos quedó de decepcionar. Y no debe ser sencillo llevar a cuestas la pesada mochila de Oasis. Tal vez si la banda hubiese continuado, con lo mejor de ambos trabajos hubiese editado su mejor disco desde fines de los '90.

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