lunes, 4 de abril de 2011

Un show magistral donde las calles no tienen nombre

por Natalia Arenas
U2 pasó por la Argentina, estrenó el flamante Estadio Único de La Plata con su 360º Tour y desplegó lo esperable y más. Los irlandeses ofrecieron tres fechas de lujo que hicieron vibrar a más de 150 mil personas y que incluyeron homenajes a Gustavo Cerati, Mercedes Sosa y a los ex combatientes de Malvinas. De yapa, lo inimaginable: un dueto entre León Gieco y Bono.


Con una selección inmejorable de temas clásicos, un acotado y suficiente repaso de su último álbum, “No line in the horizon”, varios guiños a la argentinidad y una escenografía tan novedosa como imponente, U2 pasó por nuestro país y estrenó el estadio platense, a 360 grados. La fiesta arrancó a mitad de semana, con unas 60 mil personas que desde bien temprano empezaron a poblar no sólo el estadio, sino sus inmediaciones. Para las 19.30 del miércoles, ya no cabía un alma más en las plateas ni en las cabeceras sur y norte. Al campo, seguía entrando gente.
Buen recibimiento para Muse, la banda telonera, que cantó sólo ocho canciones y fue aplaudida con el entusiasmo de quienes esperan más. Menudo reto ser soporte de semejante cuarteto, pero bien llevado por los británicos, que pisaron por segunda vez la Argentina.
Cuando las agujas del reloj virtual que descansaba arriba del escenario llegaron a las 12:00 (y las reales marcaban las 21.45), las luces comenzaron a bajar y, mientras el público se entregaba a la fiesta que estaba por comenzar, Bono, The Edge, Larry Mullen Jr. y Adam Clayton pisaron la gigantesca estructura, esa parafernalia móvil armada especialmente para la gira, que contaba con la particular característica de poder ser admirada desde cualquiera de los extremos.
Aplausos, gritos y delirio para recibirlos, en aumento a la par de los primeros acordes de “Even better than the real thing”, del inolvidable "Achtung Baby". Le siguió “I Will Follow” y rápidamente se zambulleron (banda y público) en lo nuevo: “Get on your boots” y “Magnificent”. La segunda gran ovación vino de la mano de la otra achtunesca “Mysterious Ways”, a la que le siguió, del mismo disco, “Until the End of the World”.
Por si alguien creía que hasta allí la nitidez y potencia del sonido no conocería superación alguna, la sorpresa y clímax llegaron con el tremendo corte de "All that you can’t leave behind": "E le va tion". 58 mil personas saltando y coreando la canción que fue banda sonora de Tomb Raider parecieron demasiado éxtasis para una misma noche. Incluso para Bono, quien, después de algunos intentos fallidos con un español lastimoso, lanzó un claro: “Son lo más”.
“I Still Haven´t Found What I’ Looking For”, esa balada con la que la banda supo enamorar a varias generaciones, vino sorprendentemente seguida de “Beautiful Day”. Como en cada concierto, el líder irlandés invitó a subir a una chica del público y con ella de la mano cantó la dulce “In a Little While”, para envidia del resto de las presentes. 
El momento romántico pasó y le dio lugar a lo que sería la más espectacular conjunción de luces que sobrepasaron el magnífico armatoste de hierro y alcanzaron hasta el último incrédulo espectador: “City of blinding lights”, emocionante como siempre, abrió la tríada, que continuó con el 1, 2, 3, 14 inicial de la también eufórica “Vertigo” y culminó en “I’ll Go Crazy If I Don’t Go Crazy Tonight”.
Infaltable, el casi himno irlandés “Sunday Bloody Sunday”, para que el público –con su euforia sostenida- vuelva a estallar. Después, la banda entonó algunas otras letras con alusión explícita a la eterna lucha pacifista de Bono, como “Walk On” y el archi clásico “One”, coreado por las miles de personas presentes e iluminado por sus miles de celulares.
El falso final llegó con otro histórico: “Where the streets have no name”, paradoja comentada por Bono, porque, en La Plata, las calles tampoco tienen nombre.
El arranque del bis fue la respuesta a por qué Bono es un carismático y perfecto frontman: no hay palabras, hay que verlo volar por el escenario, sostenido de un micrófono luminoso con forma de timón, al ritmo del sensual “Hold me, thrill me, kiss me, kill me”, maravillosa banda de sonido de la no tan buena Batman For Ever.  Con la certeza de que el final real estaba cerca, doble golpe bajo para terminar: “With or without you”, y lo jamás esperado, un sentido homenaje para Gustavo Cerati con la nuevita “Moment a Surrender”.
Fin del show. Caras de felicidad para donde se mirase. La magia se repetiría dos fechas más, con el fantástico agregado del homenaje a Mercedes Sosa y la frutillita de la torta, en la despedida: León Gieco, cantando algunas estrofas de “Sólo le pido a Dios”, a dúo con Bono.
“Son lo más”, había dicho Bono, después de la potente “Elevation” y un rato antes de presentarse como “Carlitos El apache Bono”, “la Pulga Larry Mullen Jr.”, “el Pipita Adam Clayton” y “el hombre sin nombre, el que está en todos lados y siempre en el lugar justo, el Pupi Zanetti The Edge”. Sin dudas, un gran formación. Un equipo implacable que demostró que “lo más” son ellos. Al menos, en cuanto a shows de bandas internacionales que pisaron suelo argento en los últimos años.

1 comentario:

  1. EXCELENTE!!!! Es como está descripto, un show inolvidable. De mi parte, el mejor de mi vida!!!

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