por Pablo Sieira
La llegada de Limp Bizkit recuerda esos años en que el new metal se había apoderado de todo: las radios, los bares, la tele, la ropa, los tatuajes. Ésta banda, que supo brillar con temas como Nookie, Take a Look Around y el incesante Rollin', se presentará el 1 de agosto en el Estadio Cubierto Malvinas Argentinas con su formación original, con el carismático Fred Durst al frente y al micrófono y el camaleónico Wes Borland en la guitarra, junto al bajista Sam Rivers, el batero John Otto y DJ Lethal.
Los profetas del rap metalero presentarán su último trabajo discográfico, Gold Cobra, que se editará en julio. Hacía ocho años que la banda de Durst y Borland no publicaba un disco, mayor motivo para rememorar a los Bizkit que asomaron prometedores con Significant Other (1999) y saltaron al plano internacional con Chocolate Starfish and The Hot Dof Flavored Water (2000), y generar expectativas en torno a esta llegada al estadio porteño.
Lógicamente, no será la misma banda que pegó el salto en el inicio del nuevo milenio: pasaron ocho años de ramificación musical a nivel global, una separación (Borland y Otto se alejaron durante algunos años) y, como para todos, pasó el tiempo. De hecho, el año pasado la banda canceló su girra latinoamericana debido a una lesión en la espalda que sufrió Durst durante un show en Polonia. Pero resulta inevitable recordar lo mejor de Limp Bizkit y esperar que retornen con algo aún mejor.
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