jueves, 9 de junio de 2011

"Tommy": el bautismo de la ópera rock

por Pablo Sieira
"Escucha Tommy a la luz de una vela y verás todo tu futuro". Ésta es la recomendación que recibe el protagonista de la película Almost Famous de parte de su hermana, para dar inicio a la trama. Con velas o sin velas, artistas como David Bowie, la cabecera de Pink Floyd y la tropilla de Queen escucharon alguna vez este disco, el cuarto de The Who durante su formación original, y proyectaron en su futuro obras magistrales como The Rise and Fall of Ziggy Stardust and The Spiders from Mars, The Wall e Innuendo. Es que a pesar de no ser el primero en su especie, Tommy instaló la ópera rock como subgénero, contemplando canciones que van desde el hard rock a las fanfarrias. Ello le merece su página en el diario biográfico de la banda británica y su asterisco en la historia del rock.

El joven Tommy Walker creció huérfano de vista, oído y habla. En su inexpresión, el muchacho recorrió una vida entera dentro de sí mismo, más pura y sabia que la que podía tocar y degustar. Y es que los únicos sentidos que le sobrevivían no fueron más que para recibir mansamente los abusos más crueles. Así comienza y continúa, canción a canción, la ópera que The Who editó en 1969, concebida por la inagotable creatividad del guitarrista Pete Townshend. El cantante Roger Daltry y el bajista John Entwistle le dieron un clima a cada momento de la historia, con notas que pueden sonar dramáticas y apacibles, mientras el icónico baterista Keith Moon les puso los tiempos.
A lo largo del disco, la música se acomoda alrededor de la guitarra de Townshend. Y la primera muestra llega con la canción 1921, en la que la estilizada voz de Daltry es guiada por suaves arpegios mientras relata el trauma sufrido por el pequeño Tommy cuando vio a su padre asesinar al amante de su madre. "No escuchaste nada, no viste nada, no vas a decirle nada a nadie", exclama el coro que representa a los progenitores del niño, quien a partir de entonces renunciaría a tres de sus sentidos y se sumiría en universo interno donde toda experiencia es musical. En Amazing Journey, la banda británica describe este mundo en el que se refugia Tommy y luego da paso a Sparks, un tema instrumental de hard rock casi embrionario que viene a representar la "silenciosa tierra de vibración" en la que vive el niño, nuevamente con el guitarrista como dínamo de la ópera.
El cuarto disco de The Who no fue la primer álbum conceptual (The Pretty Things había sorprendido con S.F Sorrow un año antes) pero tomó la delantera y se impuso como modelo al plantear la repetición de temas breves como criterio unificador de toda la obra, tal el caso de See me, Feel me (el ruego del protagonista por ser comprendido) y Tommy can you hear me? (que expresa la incomprensión de los demás actores de la trama). 
Sin conformarse con este notable logro, Townshend y compañía sorprenden con canciones como Christmas, tal vez el momento donde la teatralidad de Tommy se vuelve más perceptible al introducir abruptos cambios de ritmo para describir la preocupación de los padres del niño por su absoluto desconocimiento de la Navidad como celebración religiosa: "Tommy no sabe qué día es, no sabe quién fue Jesús ni qué es rezar, ¿cómo puede ser salvado de la tumba eterna?". El protagonista es sometido a los maltratos más crueles por parte de su primo, quien deshumanizaba a Tommy para golpearlo, quemarlo con cigarrillos, atarlo a una silla y empujarlo por las escaleras en en búsca sádica de una reacción, según relata la balada mod Cousin Kevin. Tan cruda descripción de torturas era chocante para la corporación conservadora de fines de los '60, pero fue la pieza Do you think it's allright?/ Fiddle about la que condenó al disco a ser censurado por la cadena británica BBC, y más tarde por radios de Estados Unidos, dado que es aquí donde se descubre que el muchacho es abusado sexualmente por el personaje de "Tío Ernie".
A pesar de ver coartada su libertad para exponer su trabajo, los londinenses lograron colar éxitos como Pinball Wizzard, una de las canciones más enérgicas del disco, en la que Tommy revela un talento insuperable en el pinball. El giro de la historia se da a partir del frenético blues Smash The Mirror, cuando la madre de Tommy rompe un espejo en su desesperación por conseguir una respuesta cualquiera de su hijo y lo consigue. En Sensation, Tommy describe la sensación de haber despertado de su letargo. "Soy una sensación", exclama el protagonista, y da la doble pauta: renace en sus sentidos inesperadamente y se vuelve famoso como "El Mago del Pinball y su cura milagrosa", mote que se gana durante Miracle Cure, un jingle de 12 segundos sobre el cierre de la obra. Finalmente, Tommy se convierte en un mesías que predica desde altos escenarios durante Sally Simpson y I'm free (uno de los temas más  "mod" del álbum), hasta que la tiranía de su culto -que obligaba a jugar pinball como si fueran ciegos, sordos y mudos- despierta la rebelión de los fieles. Olvidado, Tommy parte en busca de una nueva iluminación para su espíritu.
No es un desperdicio de tiempo escuchar este disco. Sólo se consume una vela.

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